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jueves, 3 de agosto de 2017

La garganta: Un depósito silencioso para la gonorrea


La garganta humana aloja miles de millones de bacterias, la mayoría de ellas inocuas. Sin embargo, una especie es cada vez más común, y está muy lejos de ser benigna.

ANERI PATTANI / TheNYT.es

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  • La gonorrea resistente a medicamentos ha estado en aumento durante varios años; la Organización Mundial de la Salud ha informado sobre un incremento en más de 50 países. Ahora los científicos señalan que la epidemia es provocada por una particular forma de transmisión: el sexo oral.

    “Las infecciones de la garganta actúan como un depósito silencioso”, dijo Emilie Alirol, jefa del programa de infecciones de transmisión sexual en la Global Antibiotics Research and Development Partnership. “Se transmite de manera muy eficaz de alguien que tiene gonorrea en la garganta a su pareja mediante el sexo oral”.

    La gonorrea en la garganta es difícil de detectar y tratar. Incluso más preocupante es que esta bacteria adopta la resistencia a los antibióticos directamente de otras bacterias en la garganta, y luego se transmite a las parejas sexuales.

    Solo hay un antibiótico comercialmente disponible que sigue funcionando de manera constante contra las cepas resistentes a medicamentos. Ahora hay una nueva inquietud: la llamada supergonorrea, inmune a cualquier tratamiento estándar.

    “Este bicho siempre nos elude”, dijo Jeanne Marrazo, una especialista en enfermedades infecciosas de la Universidad de Alabama en Birmingham. “Tiene una gran capacidad para encontrar maneras de hacerse resistente”.

    Cuando el cuerpo humano está expuesto a antibióticos —para combatir una infección en el oído, en la garganta o cualquier otra enfermedad— las bacterias naturales de la garganta también quedan expuestas a ellos. Con el tiempo, pueden desarrollar resistencia a los medicamentos.

    Por lo general eso no es preocupante, pero lo es cuando aparecen bacterias dañinas. Al compartir alojamiento con los ocupantes naturales de la garganta, las invasoras intercambian ADN en un proceso llamado transferencia genética horizontal. Este proceso se apoya en los plásmidos, pequeñas moléculas circulares de ADN que contienen el material genético de las bacterias, pero están separadas de los cromosomas. Los plásmidos pueden transferirse fácilmente de una especie bacteriana a otra cuando están cerca.

    Cuando el plásmido en cuestión contiene genes resistentes a medicamentos, la bacteria gonorreica que lo adquiere también se hace resistente a los antibióticos. Tan solo en Estados Unidos, el 30 por ciento de todas las infecciones por gonorrea son resistentes a por lo menos un medicamento, de acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, y los estudios muestran que en gran medida la transferencia genética es la causa de ello.

    En todo el mundo la gonorrea infecta a cerca de 78 millones de personas al año. La cantidad ha estado aumentando en años recientes, en parte debido a un menor uso del condón conforme se ha reducido el miedo a la transmisión del VIH, así como a deficientes tasas de detección, tratamientos fallidos y un aumento en los viajes, ya que la gente lleva cepas resistentes a medicamentos de un país a otro, de acuerdo con la OMS.

    Las cepas resistentes a medicamentos han aumentado en muchas naciones en años recientes, sobre todo en India, China, Indonesia, partes de Sudamérica, Canadá y Estados Unidos. Se sabe poco de las tendencias en África o el Medio Oriente debido a la falta de datos uniformes.

    “Lo preocupante es que, si no lo detenemos, si no lo tratamos adecuadamente, sucederá cada vez con mayor frecuencia”, dijo Michael Mullen, un especialista en enfermedades contagiosas del Hospital Monte Sinaí en Nueva York, sobre las infecciones y el aumento en la resistencia a antibióticos.

    Diagnosticar la gonorrea oral por lo general implica obtener una muestra del área infectada y cultivar las bacterias en un laboratorio. Sin embargo, la toma de la muestra de la garganta a menudo no proporciona suficientes bacterias y con frecuencia estas no se desarrollan. Típicamente hay menos bacterias de gonorrea en la garganta que en los genitales, lo que hace que sea más fácil que la infección pase desapercibida en el laboratorio.

    Incluso cuando se detectan, las infecciones orales son más difíciles de tratar. Los antibióticos circulan por el torrente sanguíneo, pero hay menos vasos sanguíneos en la garganta.

    Las infecciones de garganta no tratadas pueden extenderse a los genitales, donde pueden provocar dolor pélvico y testicular en los hombres, y ser particularmente peligrosas para las mujeres, pues pueden causar enfermedad inflamatoria pélvica, embarazos ectópicos e infertilidad.

    “Las mujeres tendrán una carga mucho más pesada si comenzamos a ver una cantidad en aumento de casos de gonorrea intratable”, dijo Alirol.

    La infección se curaba antes con diversos antibióticos, pero las bacterias se adaptan rápidamente. Algunas cepas han desarrollado resistencia a todos los tratamientos excepto uno: una inyección de una cefalosporina de amplio espectro junto con una formulación oral de azitromicina.

    Pero incluso eso ya no es seguro. En Japón, Francia y España ha habido casos de la llamada supergonorrea, que es resistente también a ese tratamiento.

    Eso no significa necesariamente que la supergonorrea sea incurable, dijo Alirol. Sin embargo, los doctores podrían tener que recurrir a tratamientos “no autorizados” que no se han probado adecuadamente en humanos: dosis mucho más altas de antibióticos, por ejemplo, o medicamentos más viejos o fuertes.

    “El problema de usar herramientas no autorizadas es que no sabes qué dosis dar, ni si funcionarán”, dijo Alirol. “La idea es mantenerlas como un último recurso. Si comenzamos a usarlas sin más, se desarrollará resistencia a ellas también”.

    Los investigadores trabajan actualmente en tres nuevos medicamentos para tratar la gonorrea, cada uno en distintas etapas de desarrollo. Pero más allá de esto, no hay muchas opciones para combatir la gonorrea resistente.

    Las compañías farmacéuticas no tienen muchos incentivos para desarrollar nuevos tratamientos. A diferencia de los medicamentos para enfermedades crónicas, los creados contra la gonorrea resistente solo se tomarían por periodos cortos, y es necesario crear nuevos medicamentos a medida que se crea resistencia a los anteriores.

    Ninguno de los nuevos medicamentos se enfoca en curar efectivamente la gonorrea oral, dijo Alirol. Es la forma que se detecta menos a menudo, por lo que es menos probable que la gente busque tratamiento para combatirla. Aún así, también es la raíz de un creciente problema de salud pública.

    “No sirve de nada desarrollar un nuevo tratamiento si no funciona en la faringe”, dijo Alirol. “No habrá un impacto en las cifras”.

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