Investigadores piden a los médicos ser más cuidadosos en los tratamientos con este medicamento. El uso del ibuprofeno como analgésico y antinflamatorio se ha extendido a nivel mundial desde la década del 70.
Diario El Tiempo
Más de dos gramos de ibuprofeno al día, de acuerdo con el Comité de Farmacovigilancia de la Agencia Europea del Medicamento (EMA por sus siglas en inglés), genera problemas de tipo cardiovascular, como los infartos o los accidentes cerebrovasculares.
Esta es una de las conclusiones de la más reciente revisión hecha a la literatura científica disponible sobre el tema por la entidad regulatoria; el análisis, valga la claridad, también demostró que cuando se usa en las dosis adecuadas, los beneficios de este analgésico y antinflamatorio son muy superiores a sus riesgos.
La EMA recomienda, no obstante, “que se actualice la información de su prospecto sobre la relación de la ingesta de dosis alta del fármaco y estos trastornos cardiovasculares”.
El informe señala que cantidades del medicamento iguales o superiores a 2.400 miligramos diarios deben evitarse principalmente “en pacientes con problemas cardiacos o circulatorios, como la insuficiencia cardiaca o la enfermedad coronaria.
Tampoco es aconsejable en personas que han sobrevivido a un infarto o a un ictus (derrames o trombosis cerebrovasculares, ACV)”.
Los expertos de la Agencia piden a los médicos ser más conscientes de esta situación y que antes de iniciar un tratamiento prolongado con ibuprofeno, particularmente si se requiere una terapia de altas dosis, “se evalúen los riesgos de la salud cardiovascular del paciente, entre ellos si es fumador o no, si tiene la tensión arterial elevada, si es diabético o si son altas las cifras de colesterol en la sangre”.
De otro lado, en su revisión, el Comité analizó la interacción entre el ibuprofeno y la aspirina cuando esta última se toma como medida para reducir el riesgo de infarto y de ACV.
La conclusión es que si bien algunos estudios han demostrado que el ibuprofeno reduce los efectos anticoagulantes de la aspirina, aún no está claro “si el uso a largo plazo del ibuprofeno en la práctica clínica reduce los efectos de la aspirina a la hora de prevenir problemas cardiacos o ictus”.
En otra investigación financiada por el Consejo de Investigación Médica del Reino Unido (2013), y publicada en la revista 'The Lancet', se determinó que aunque “no existen demasiados tratamientos alternativos para el dolor crónico, los analgésicos tampoco tienen los efectos esperados en todos los pacientes. Si estos fármacos realmente mejoran nuestra calidad de vida, entonces merece la pena correr los riesgos, pero cuando apenas nos hacen efecto no vale la pena tomarlos”, dijo uno de los investigadores.
Un fármaco cincuentón
En 1961, los investigadores John Nicholson y Colin Burrows descubrieron una categoría nueva de compuestos que, como la aspirina, tenía propiedades antinflamatorias y analgésicas. Entre estos se destacaba el isobutylphenyl (ácido propiónico), que ahora es ampliamente conocido en todo el mundo como ibuprofeno. La molécula fue lanzada en 1969 en el Reino Unido y en Estados Unidos en 1974. Desde entonces, su uso como analgésico y antinflamatorio no esteroideo (aines) se ha extendido a nivel mundial.
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