Calificado desde hace tiempo por algunos expertos como “veneno blanco”, el azúcar venía enfrentándose a una campaña de acoso y derribo por muchos expertos en nutrición que alertaban de que no aporta ninguna ventaja para la dieta humana. Ahora, un estudio científico realizado en Estados Unidos ha demostrado además lo que algunos sospechaban: el azúcar es tóxico.
ByN
La OMS aconsejaba hace unos meses recortar a la mitad el consumo de azúcar en los países más industrializados, como forma de reducir la ingesta de calorías, combatir la epidemia de obesidad y, de paso, atacar la progresión de la diabetes. Quizá en el futuro podría ir un paso más allá, y desaconsejar su consumo completamente.
Robert Lustig, del departamento de Pediatría de la Universidad de California en San Francisco, ha publicado esta semana un artículo científico en la revista Obesity en el que detalla los resultados de su investigación acerca de los efectos del azúcar en el cuerpo humano.
Para ello diseñó un experimento en el que participaron 43 niños y adolescentes (hasta 18 años) a los que se les retiró por completo el azúcar de la dieta. A cambio, se introdujo en ella una cantidad de calorías equivalente, a través de almidón.
Además, conforme comenzaba a perder peso -la consecuencia inmediata de retirar el azúcar-, cada uno de los participantes debía comer más comida (toda ella procesada, pero con menos azúcar), con el objetivo de mantener igual su marca en la báscula durante todo el estudio.
“Todo mejoró”
¿El resultado? “Todo mejoró”, señala Lustig. Los que ya eran resistentes a la insulina -el estado anterior al desarrollo de diabetes- comenzaron a responder a ella.
En sólo nueve días, los niveles de azúcar en sangre cayeron un 53%, al igual que la cantidad de colesterol ‘malo’ y de triglicéridos. Y la acumulación de grasa hepática también disminuyó.
Lustig aclara que su estudio confirma que incluso una mala dieta puede mejorar con sólo quitar el azúcar, que califica como tóxico: “no estoy en absoluto sugiriendo que diésemos (a los chicos) comida sana. Les dimos comida mala, procesada… Y pese a ello mejoraron”.
“Lo que habría ocurrido si en vez de sustituir el azúcar por más calorías, simplemente lo hubiésemos quitado, habrían mejorado aún más. Esa es la clave”, añade.
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