Desmayos, taquicardia y dolor de cabeza son síntomas del "golpe de calor". Las personas también pueden sufrir deshidratación e insolación. Los bebés y los ancianos son más vulnerables. Fumar, las bebidas alcohólicas y el café pueden impedir la adaptación corporal a las altas temperaturas.
GIULIANA CHIAPPE | EL UNIVERSAL
Si hubiera un Trending Topic de las frases que más se dicen en la calle, "¡qué calor!" estaría en primer lugar.
El sudor y el agotamiento no son los únicos problemas del calor intenso. También supone riesgos para la salud e incluso puede llegar a causar la muerte de personas vulnerables.
La deshidratación, la insolación y lo que los médicos llaman "golpe de calor" son las consecuencias más peligrosas que pueden traer las altas temperaturas. Por eso, no hay que tomárselo a la ligera y adoptar medidas preventivas para minimizar los riesgos.
Los más susceptibles a complicarse con el calor son los niños pequeños y los ancianos. Sin embargo, todas las personas deben cuidarse, según insiste el médico pediatra Manuel Lorenzo Fernández, que ofrece algunas recomendaciones.
Horas más riesgosas. Lo primero que sugiere es que, de ser posible, se evite la exposición directa al sol entre 9.30 am y 4 pm. En ese período es importante evitar el esfuerzo físico, "especialmente si el aire está húmedo". El uso del protector solar es prácticamente una obligación.
Kit contra el calor. No está de más salir a la calle con un "kit" de protección contra el calor: un paraguas de color oscuro para emplearlo como sombrilla en caso de tener que hacer colas para comprar productos básicos o si, al caminar por la calle o esperar el autobús, se siente muy fuerte el sol: una botellita de agua para hidratarse, si se suda mucho y un abanico o algo que ayude a airearse. En caso de no tener se puede recurrir a un periódico, un cartón o una revista. El aire disminuye la temperatura corporal y la sensación de calor.
Cero alcohol, menor café. Beber líquidos parece una recomendación obvia pues hidratan. Sin embargo, es mejor evitar algunas bebidas como las alcohólicas, porque la rápida metabolización del alcohol eleva la temperatura del cuerpo. El café tampoco es recomendable: la cafeína es un diurético que acelera la deshidratación.
Fumar es mala idea. El cigarrillo constriñe los vasos sanguíneos y entorpece la adaptación al calor de quien fuma. Otro punto menos para ese cuestionado hábito.
Más frutas y verduras. Hay que consumirlas más porque contienen altas cantidades de agua y poca sal, ayudando a mantenerse hidratado.
El sombrero es un aliado. Dice Manuel Lorenzo Fernández que los mejores son aquellos que protegen el cuello y son ventilados. "Por ejemplo, un sombrero de ala ancha con agujeritos sería una buena elección", explica. Esto se debe a que "los vasos sanguíneos de la cabeza y cuello están muy próximos a la superficie de la piel, de modo que en esa zona se tiende a ganar o perder calor con mucha rapidez". Para refrescarse más, o si no se posee el sombrero ventilado, un pañuelo mojado debajo del sombrero funciona muy bien.
Ropa de colores claros. La ropa idónea es la que mezcla algodón y poliéster pues resulta más fresca, dice el médico, que "la de algodón puro o de poliéster puro que son de tejido muy apretado". El color importa. Es preferible usar colores claros pues "reflejan el calor mientras que los oscuros lo absorben".
En caso de emergencia
Hay que estar preparado para reaccionar si nosotros, o alguien cerca, sufre un golpe de calor o de insolación. Manuel Lorenzo Fernández ofrece las indicaciones respectivas:
Si se trata de un golpe de calor -que ocurre ante los aumentos bruscos de temperatura y suponen vasodilatación, dolor de cabeza intenso, desmayo y taquicardia-, hay que trasladar a la persona a un sitio sombreado o bajo techo. Debe tomar agua pero sin apresuramientos que pueden empeorar su situación. Lo ideal es tomar media taza de agua fresca, a sorbos, cada quince minutos durante una hora. Si se le añade jugo de tomate, la recuperación es más rápida y mejor.
Si los síntomas de agotamiento por calor empeoran o si, incluso tomando agua y protegiéndose del sol, duran más de una hora, hay que buscar asistencia médica.
En caso de insolación, cualquiera sea su gravedad, hay que retirar a la persona de la fuente de calor y tumbarlo donde sea, incluso en el piso si no hay una cama, elevándole los pies.
Luego, es imprescindible bajarle la temperatura corporal. Para esto se puede recurrir a un ventilador y a compresas frías colocadas en el cuello o la frente. Para ayudarlo a hidratarse, hay que suministrarle líquidos.
En caso que se pueda, el médico recomienda una ducha con agua tibia, pues "puede resultar muy beneficiosa".
La naturaleza también puede ayudar. La sábila, apunta Fernández, "es uno de los mejores remedios naturales para mejorar y recuperar el buen estado de la piel". Sugiere aplicarla sobre la zona afectada por la insolación con la parte de la gelatina directamente sobre la piel. El pepino también es una opción. Igual que la sábila se aplica directamente sobre la piel afectada, dejándolo entre quince y veinte minutos.
En días posteriores, una infusión de manzanilla o menta permite acelerar el proceso de recuperación de la piel. Se debe aplicar con una toalla sobre la piel. La infusión tiene que estar fría, de nevera.
Nadie puede bajar la temperatura del ambiente, pero sí evitar los problemas que trae.
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