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viernes, 6 de marzo de 2015

Obligar a los hijos a dar besos ¿sí o no?


Expertos aseguran no se debe obligar a los pequeños a besar a alguien si no lo desean

El Nuevo Día / El Nacional

"Yo no obligo a mis hijos a dar besos". Con esta aseveración, una mujer española descargó en su blog la semana pasada por qué no obliga a sus hijos a saludar cariñosamente a desconocidos.

"No encuentro nada de malo en que mi hija no quiera darles un beso a sus tías y tíos, a sus abuelos o a mi mejor amiga, si es que en ese momento no le nace. Tampoco se lo exijo para mí. Más bien, si tengo ganas de mimarla y la veo que no está muy de ánimo, le pregunto: ¿puedo darte un beso?", lee parte del escrito de la mujer identificada como Ana Hanssen, que ha sido apoyada y criticada por su forma de proceder.

Al igual que a Ana, son miles las madres que en algún momento enfrentan la incómoda situación de encontrarse con alguna persona que presiona al niño o a la niña para que lo salude de manera cariñosa. Es normal que el menor, sea pequeño o grande, se niegue a darle un beso a un desconocido.

Pero ¿debe una madre o un padre obligar a sus hijos a saludar con un beso solo por cortesía? ¿Por buenos modales? ¿Es correcta esta acción? "No. A los niños no se les debe obligar a dar besos, ya que ellos deben desarrollar su afecto hacia las personas. Decirles vete y dale un beso a esa persona y empujarlo a hacerlo no es acertado" asegura Michelle Ortiz, psicóloga de niños y adolescentes del Metropolitan Psychological Services of Puerto Rico en San Juan.

De la misma forma, la doctora Jennifer Fuentes, psicóloga de Servicios Psicológicos de Laguna Gardens, aconseja no realizar esta práctica. "Se les da mensaje de obediencia absoluta a los adultos (cualquiera) y puede verse afectada la capacidad de asertividad".

A esto Ortiz añade que "la asertividad, ayuda a que el menor pueda comunicar efectivamente su opinión y sentimientos, por lo que le ayudamos en el desarrollo de sus emociones y toma de decisiones. Cuando educamos al menor y modelamos la conducta, en este caso de dar besos, seguido de un refuerzo y explicación de la importancia y el significado del beso, a través del tiempo el menor puede internalizar y adoptar la conducta de besar".

En el blog, la madre explica sus razones para no forzar a sus hijos a dar besos:

"Primero por respeto. Mis hijos son dueños de su cuerpo y de sus sentimientos. Ellos son los que deben decidir cómo demostrar su afecto. Además, hay niños más expresivos que otros y siempre se debe tener en cuenta que cada uno es un mundo".

"Porque para ellos, un beso es una demostración de afecto real. A diferencia de los adultos que lo hacen por cortesía, para los niños, un beso es algo íntimo e importante".

"Porque a mí no me gustaría que me obligaran a hacerlo. Así de simple".

"Por su seguridad: estudios han demostrado que los niños a quienes se les obliga a abrazar y besar en contra de su voluntad, son más vulnerables a sufrir abuso sexual porque no han aprendido a decirle no al contacto físico indeseado con un adulto".

Al igual que esta madre, opina el bayamonés David Rivera, un padre primerizo de una pequeña de casi dos años.

"Puedo entender lo dulce y especiales que pueden ser los besos de los niños(as). Son muy sinceros y los mejores que se pueden recibir. Entiendo que hay niños que desarrollan una mayor capacidad de socialización y acceden a compartir besos y abrazos con personas conocidas o no conocidas. Sin embargo, hay otros más reservados a la hora de expresar cualquier sentimiento.

Creo que cada padre debe conocer la personalidad que sus hijos van desarrollando en el crecimiento y dependiendo de la misma expresen las muestras de cariño que deseen a las personas. De ninguna manera debe obligarse a un niño ofrecer un beso o un abrazo si no desea hacerlo. Y más si se trata de una persona que no sea de su confianza. Sé que no luciremos bien ante tales personas, pero aquí lo más importante es el deseo y la voluntad del niño", asegura.

Por último, Ortiz señala que "todo adulto debe entender que cuando se obliga a alguien a hacer una conducta no deseada, en vez de acercar a que se repita la conducta, lo que hacemos es que se vea como algo aversivo, ya que va en contra de los deseos y sentimientos de la persona obligada".


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